La
lectura del texto llamado “LEER ES RESPIRAR, ES DEVENIR”, sobre algunos
escritos de Olafur Eliasson, muestra a través de ejemplos de obras el método y
fundamento del quehacer del artista, donde podemos reconocer básicamente dos
problemas o temáticas claramente definidas. Por un lado, la sorpresa y
capacidad de Eliasson de reconocer algunos fenómenos asociados a la percepción
humana, como son la luz y el color, ejemplificados con dos obras (“Room for one colour y Your colour memory”), ambas con un dominio
técnico sobre fenómenos científicos muy precisos en sus resultados, y por otro,
la inquietud de Eliasson frente a la obra de arte y los museos, y sus roles
dentro de la sociedad, donde busca entender y difundir a ambos de forma que
sean capaces de crear experiencias que penetren profundamente en la sociedad y que
permitan hacer surgir cuestiones fundamentales acerca del desarrollo de la
identidad.
Centrándonos
en los fenómenos asociados a la percepción humana, es clara la intención de
Eliasson por establecer un dialogo, producido mediante un alto componente
técnico, entre el espectador y la obra de arte, donde mediante los sentidos
este se transforma en actor principal y fundamental para que la obra alcance
efecto. En su trabajo llamado “Room for one colour” hace una
instalación en una sala del Thyssen Bornemisza Art Contemporary donde los
espectadores ven solo un color, el amarillo, producido por una luz con
longitudes de onda que se encuentran en la zona amarilla del espectro visible y
de esta forma todo lo que se observe dentro de la sala, sin importar su color
original, se vera como una gradación de sombras entre el amarillo y el negro.
Esta experiencia altamente tecnificada se puede concebir como una simplificación
de nuestra realidad visual, Eliasson indica que “nuestro cerebro tiene que
manejar o asimilar menos información visual debido a la ausencia de otros
colores, nos da la sensación de que vemos los detalles con más facilidad de lo
habitual”.
Bajo
los conceptos tratados en este trabajo en particular, se extraen dos temáticas.
Primero, que la visión del humano en un estado monocromo hace que de alguna
manera, y según palabras del propio artista, adquiramos una “hipervisión que
nos da la sensación de tener una capacidad especialmente aguda para percibir el
espacio y a las personas que nos rodean” y por otro, que generalmente “nuestra
experiencia de los colores de determinados objetos es constante a pesar de los
cambios significativos de la luz ambiente…un objeto nos parece el mismo incluso
aunque su color superficial pueda cambiar considerablemente”.
Esta
dualidad de temas tratados por Eliasson en este trabajo los podemos abordar
dentro del campo de la arquitectura bajo dos miradas, una bajo la fotografía y
otra dentro de la misma disciplina, más específicamente en la forma
arquitectónica.
Muchas veces no tenemos la posibilidad de conocer obras arquitectónicas de primera fuente, es en estos casos que generalmente recurrimos a fotografías de arquitectura para tener una idea o conocer proyectos que nos interesan ver bajo la mirada de distintos fotógrafos, que a su vez sus fotografías contienen otro proyecto más, que es el del propio fotógrafo sobre la obra en cuestión. Según Erza Stoller, en La fotografía y el lenguaje de la arquitectura publicado por la revista EXIT nº 36, se puede entender que dentro del campo de la fotografía existen 3 actores principales y fundamentales para entender el ejercicio de esta profesión, ellos son: La obra arquitectónica o el arquitecto (entendiendo a la obra como manifestación de un pensamiento o materialización del mismo), el fotógrafo y su cámara (componente técnico) y por ultimo quien ve la fotografía o el llamado “espectador”. La fotografía de arquitectura es para él un “instrumento de comunicación entre el arquitecto y su publico” donde los fotógrafos ocupan distintas herramientas, muchas de carácter técnico, para generar este dialogo.
El
fotógrafo siempre realiza un “filtro” entre lo que decide mostrar o no mostrar al
espectador al momento de generar esta comunicación entre el arquitecto y su
publico, y una de las herramientas que ocupan es la fotografía en monocromo blanco.
Según palabras de la fotógrafa de arquitectura suiza Hélène Binet, en el mismo
numero de la revista EXIT, “la luz es uno de los muchos elementos que se
experimenta en un edificio, como el volumen, la función, los detalles, etc.
Usar el blanco y negro me permite enfocar con mas claridad sobre estos
elementos”.
El
uso de fotografía en blanco y negro en el panorama contemporáneo no es usado
por una limitación tecnológica como si lo pudo experimentar Stoller, es una
decisión o más bien intención al momento de mostrar una obra, esta decisión encuentra
relación si vamos hacia atrás y recordamos lo que menciona Eliasson al respecto,
él indica que en monocromo vemos los detalles con más facilidad y logramos
desarrollar una capacidad especialmente aguda para percibir el espacio bajo una
perspectiva de la experiencia, y si nos trasladamos nuevamente a Binet, nos
encontramos con que su “interés esta en imágenes en blanco y negro, muy
especificas y reducidas. El fin es comunicar, por ejemplo, algo de lo que se siente
al estar en el espacio”. En resumen, ambos coinciden que la experiencia en
monocromo agudiza la experiencia tanto espacial como visual, esta técnica actúa
como guía sobre nuestra percepción de las cosas y en muchos casos esta se torna
más compleja que la propia obra a fotografiar en el caso de los fotógrafos o
muchas veces más compleja que la propia experiencia en el caso del artista. Es
decir, el producto de ambos trabajos toma relevancia más allá de lo que
produjo, ósea en el recurso técnico para llegar a ese resultado.
En
el campo de la arquitectura, y haciendo el nexo entre lo que describe Eliasson
en el texto, podemos entender que la forma prevalece al color en un sentido de
esencia, es decir, distintas longitudes de onda sobre un mismo objeto no
cambiaran nuestra percepción o significado de este, entonces se puede entender
que es la forma quien informa que es que cosa y es el color o longitud de onda
de la luz sobre este objeto quien de algún modo modificara nuestra experiencia
sobre el mismo, pero no su significado o comprensión semántica. En el caso de
la Room for one colour se dice
explícitamente que un zapato morado se vera dentro de la sala con distintas
gradaciones de amarillo, pero seguirá siendo un zapato por más que su color cambie,
pero en este caso si existió una negociación con la realidad, ya que es esta experiencia
en la sala la que nos lleva a ver este mismo zapato de una forma más detenida
que si lo viéramos con luz ambiente. Es lo mismo que sucede si visitamos una
obra de arquitectura a distintas horas del día o distintos periodos del año,
nuestra experiencia será únicamente distinta pero el edificio siempre será el
mismo. Esto simplemente acaba allí si la obra de arquitectura a la cual
visitamos no tiene la capacidad de abarcar o integrar de forma correcta estos
fenómenos.
Podemos
establecer este nexo entre luz y color sobre la arquitectura en proyectos que
logran describirse más allá de su forma para dar cabida a complejidades de
orden abstracto resueltas mediante un manejo técnico muy preciso, pero esta vez
en términos arquitectónicos, o por así decir una técnica arquitectónica
compleja del nivel que alcanza Eliasson en sus obras o algunos fotógrafos.
Lograr una obra de arquitectura que pueda ser descrita más allá de su
volumetría, programa, medidas, etc., para pasar a describirse en términos de
experiencia arquitectónica seria, en estos términos, el desafío del arquitecto.
Finalmente,
según Eliasson, “por razones pragmáticas percibimos un objeto de la misma
manera a lo largo del tiempo, pero en realidad se produce un gran numero de
micro-transformaciones que negocian continuamente la relación del objeto con su
entorno. Encuentro esto realmente interesante, porque significa que los objetos
siempre cambian o mutan a lo largo del tiempo y, si nos hacemos conscientes de
este movimiento constante, seremos capaces de entender el mundo como un espacio
mucho más abierto y negociable de lo que solemos pensar que es”, entendiendo la
arquitectura como este objeto, es la arquitectura que logra mutar a través del
tiempo y que es capaz de amarrar esta dinámica constante de
micro-transformaciones entre el objeto y el entorno, la arquitectura que ha
sido diseñada por medio de esta “técnica arquitectónica”. Si logramos hacer
arquitectura consciente de este movimiento constante, seremos capaces de
entender la arquitectura como lo que realmente es.
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